miércoles, 30 de enero de 2008

Vuelta al college 2007-2008 (y II)

7 nov 2007

Segunda entrega (y última, no se me vaya usted a asustar...). Pasemos a ello, sin más dilación:


Louisville: Los pitinistas estamos de enhorabuena. Los que ya nos entusiasmamos con aquel Kentucky de los noventa, los que nos volvimos a entusiasmar con los Cardinals de estos últimos años tenemos razones para sentirnos felices de nuevo. Porque Pitino tiene, este año sí, un verdadero equipazo. A su mando el maravilloso base puertorriqueño/neoyorquino (o al revés) Edgar Sosa, un portentoso talento que ya sentó cátedra el pasado mes de marzo (y era sólo su año freshman). Y con él vuelve también toda la plana mayor que también nos hizo disfrutar entonces, a saber, Terrence Williams, David Padgett, Jerry Smith, Tello Palacios... e incluso Derrick Caracter, que el día que supere de una vez sus problemas de ídem se convertirá en una fuerza imparable en la pintura. Todos ellos, más alguno que me dejo, forman un material más que suficiente para que Pitino saque dentro de unos meses su sexto billete (si no me fallan las cuentas) hacia una final four.

Memphis: Mal que me pese, si a día de hoy tuviera que decir cuál es mi favorito número uno para ganar la NCAA 2008 me temo que acabaría decantándome por estos Tigers. Lo de mal que me pese viene dado porque su técnico Calipari no es precisamente santo de mi devoción (desde aquel pollo que montó una vez por estos pagos, hace ya demasiado tiempo), y porque su baloncesto, más físico que técnico, más aparatoso que estético, me aburre sobremanera. Pero partidismos al margen nadie puede negar que presentan un equipazo, con un pedazo de talento como Chris Douglas-Roberts a la cabeza, perfectamente escoltado por dos escuderos de lujo como Dozier y Dorsey, a su vez ayudados por los estupendos anotadores Willie Kemp y Antonio Anderson y todos ellos perfectamente dirigidos por el pequeño Andre Allen, el de los pantalones seis tallas por encima de la suya. Y por si todo esto fuera poco les llega también uno de los más reputados freshman de esta temporada, Derrick Rose. Aunque me cueste decirlo tendré que reconocerlo, en principio nadie parece tener más argumentos que ellos para coronarse a primeros de abril.

Michigan State: ¿Qué tiene Tom Izzo que sus Spartans, por flojos que en principio nos parezcan, siempre acaban resultando competitivos? Este año no tendría por qué ser una excepción... entre otras cosas porque tampoco parece tener una plantilla deslumbrante: dos retornos apañaditos (Drew Neitzel y Raymar Morgan), tres presuntamente buenos reclutamientos (todos ellos exteriores), apenas nada por dentro... Vamos, que no está mal, pero que tampoco parece nada del otro mundo. Es decir, justamente el terreno en el que Izzo se mueve a las mil maravillas, precisamente el material que le permite hacer (casi) milagros un año tras otro. Que nadie se olvide de ellos.

North Carolina: de repente, y sin razón aparente (perdón por el pareado) el pesimismo parece haberse instalado en Chappel Hill. De repente el reputadísimo Tyler Hansbrough ya no es visto como la octava maravilla del universo sino como lo que es, un buen jugador, un extraordinario fajador, un tipo más dotado de intensidad que de talento. De repente la marcha hacia Atlanta (Hawks) de Brandan Wright se ve casi como una tragedia... ¿Qué pasa? Pasa que los Tar Heels se las prometieron muy felices el pasado marzo hasta que se les aparecieron los Hoyas para bajarles los humos en aquella final regional. Todo un drama, pero que no debería trasladarse a esta temporada porque Roy Williams vuelve a tener otro pedazo de equipo: sigue Hansbrough, sigue el maravilloso base Ty Lawson, sigue Wayne Ellington y se intuye la explosión definitiva del tremendo Deon Thompson, que ya dio una muestra de su poderío en (lo poco que pudimos ver de) el Mundial Sub19. Sumen todo esto y el resultado les dará talento por arrobas, clase más que de sobra para llegar hasta donde quieran. Sólo sus propias dudas pueden estropeárselo.

Ohio State: Desbandada general; Oden está convaleciente en Portland, Conley está chupando banquillo en Memphis, Daequan Cook goza de algún minuto en Miami, el tirador Lewis está sabediós dónde... Llegados a este punto la pregunta quizá debería ser: ¿qué pintan los Buckeyes en esta lista? Pues poco, la verdad, pero no puedo dejar de mencionar que allí continuará haciendo maravillas el magnífico técnico Thad Matta, al que además le cabe el honor de acoger en su seno a un tipo que dará muchísimo que hablar en los próximos años, un pívot de nacionalidad griega (aunque criado en USA) que responde al nombre de Konstantinos (Kostas, para los amigos) Koufos. Al cual no he visto en vídeo ni en foto sino (cosa insólita) in situ, en el pasado Eurobasket Sub18 de Madrid; poco, pero lo suficiente como para poder afirmar que tiene clase por arrobas y que ya está sobradamente preparado para sembrar el pánico en la Big 10. Al tiempo.

Oregon: El pequeño y brillantísimo base Aaron Brooks anda a día de hoy intentando hacerse un hueco en la rotación de los Rockets, pero mientras tanto en The Pit (legendaria cancha) todo lo demás continúa prácticamente igual: sigue el espectacular (y aún más pequeño) escolta TaJuan Porter, sigue a su lado Bryce Taylor, siguen los más interiores Hairston y Leunen... Y sigue al frente Ernie Kent, técnico quizás infravalorado pero que suele conseguir magníficos resultados y al mismo tiempo ofrecer un baloncesto siempre alegre y refrescante. Sí, los Patos echarán de menos a Brooks, pero harán bastante ruido a pesar de todo.

Saint Louis: No, estos no están aquí porque sean favoritos de nada ni porque presuponga que vayan a hacer un buen o un mal papel, están aquí simplemente como pequeño homenaje a su nuevo entrenador, el inmenso (en todos los sentidos) Rick Majerus. Majerus es un técnico fascinante, uno de esos tipos de los que cabe decir legítimamente que le cabe todo el baloncesto en su enorme cabezota. Inolvidable cómo llevó a su Universidad de Utah a aquella final de 1998, inolvidable la labor que realizó allí durante tantos años, hasta que unos graves problemas cardiovasculares (nada extraños por otra parte, si nos atenemos a su físico) le apartaron súbitamente del cargo. Su nueva vuelta a la acción nos hace suponer que su salud estará bastante recuperada, y ambas me parecen dos fantásticas noticias. Que sea para bien.

Southern California: para empezar, sopa de letras: decir USC es decir OJM, o sea, O.J. Mayo, para muchos el mejor de toda esta camada de freshmen, con total seguridad el más difundido y publicitado de dicha promoción. Típico uno/dos/tres jugón en torno a lo dos metros, típico caso de familia problemática e infancia difícil, típico proporcionador de titulares tanto por sus proezas en cancha como por sus sucesos fuera de ella... Nadie tiene la menor duda de que sólo estará un año, nadie tiene la menor idea de por qué eligió precisamente esta universidad futbolera (de fútbol americano), siendo él además de la otra punta del país (West Virginia)... aunque conjeturas hay muchas, y ya habrá tiempo de detenerse en ellas. Por ahora vayamos a lo concreto: Mayo llega a un equipo muy bien entrenado (por Tim Floyd, el ex de Bulls y Hornets) que hizo un gran papel en el pasado torneo final, pero que ha perdido por el camino al base Pruitt (hoy en los Celtics) y al alero Young (hoy en los Wizards). No todo es malo porque aún conservan a un maravilloso (si bien no sobrado de centímetros) jugador interior, Taj Gibson. Y sobre todo porque llega Mayo, que no es el mes de las flores sino un tipo de cuyo grado de compromiso dependerá en gran medida el futuro inmediato de estos Trojans.

Syracuse: Mis Orangemen, digo Orange (que lo de men se lo quitaron hace algunos años, digo yo si sería para poder utilizar un mismo apodo, sin que chirriara, en sus equipos masculinos y femeninos) no cuentan ni de lejos entre los favoritos al título, pero usted me perdonará que me tome la libertad de traérmelos por aquí porque este año al menos parecen tener argumentos para evitar su tradicional catástrofe de los últimos tiempos. A saber: un reputado jugador de tercer año, Devendorf; un no menos reputado jugador de segundo año, el jugón Paul Harris, tipo que llegó con el cartel del “one and done” pero que con muy buen criterio ha decidido aguantar al menos otra temporada antes de dar el salto; y dos afamadísimos freshmen, Donte Green y Jonny Flynn. No será suficiente para ganar el título, pero debería serlo para volver al torneo final y para, una vez allí, evitar la ya tradicional caída en primera ronda.

Tennessee: Hagan memoria. Recuerden a los Volunteers durante el pasado Torneo Final. Recuerden su espectacular ataque, sus ciento y pico puntos en primera ronda, aquel partidazo contra Virginia en segunda ronda. Recuerden a su efervescente técnico Bruce Pearl, al maravilloso tirador Chris Lofton, al estupendo base Ramar Smith, a aquel freshman (ahora ya será sophomore) interior llamado Wayne Chism que tanto nos encantó. Y sepan que todos ellos (y algunos más) siguen, y sepan además que también llegan refuerzos, un transfer de la Universidad de Iowa llamado Tyler Smith del que cuentan auténticas maravillas. Absolutamente aspirantes a todo. Y en Tenessee (estado) estarán de enhorabuena, porque no sería nada descabellado que sus dos universidades más emblemáticas acabaran peleando por lo máximo, allá a comienzos de abril.

UCLA: Vuelven a la carga las huestes de Ben Howland, con su estajanovista defensa, con su estudiado y pausado ataque, con sus serias opciones de jugar su tercera Final Four consecutiva (y esta vez no parece muy probable que Florida se les cruce en su camino). Argumentos para ello tienen de sobra: ya no está Afflalo pero allí sigue Shipp, ya hace más de un año que se fue Farmar pero a los mandos de la nave aún está el pequeño Darren Collison. Más hacia dentro encontraremos al frente senegalés, con el brillante Luc Richard Mbah a Moute y el socorrido Alfred Aboya (sin rimas, por favor); y ya adentro del todo está lo mejor, que nadie se asuste porque esta vez no tendrán que conformarse con el peculiar pero limitado Lorenzo Mata, esta vez dispondrán (ya veremos si sólo por este año) de todo un lujo, Kevin Love, para muchos el mejor jugador salido este año del insti (claro que esa misma frase podría aplicarse igualmente a otros cuatro o cinco jugadores ya mencionados en este artículo), pívot blanco de excepcional pinta que dará a los Bruins el definitivo salto de calidad, algo así como la pieza que les faltaba para completar definitivamente el puzzle.

Washington State: Sí, todavía otra universidad de la Pacific 10, y con ésta ya van unas cuantas. A ver, ¿qué pueden tener estos para merecer también su aparición en esta interminable lista (aunque sea ya en último lugar, el que les corresponde alfabéticamente)? Por ejemplo a un veteranísimo entrenador con nombre de cantante, Tony Bennett, un tipo curtido en mil batallas y sobrado de éxitos por doquier. Por ejemplo a dos pedazo de estrellas que explotaron totalmente el pasado año, Derrick Low y Kyle Weaver, con razones sobradas para pensar que puedan ser aún mejores en la temporada que comienza. Y sí, una conferencia durísima, la más fuerte sin discusión... lo cual también será un arma de doble filo: no será fácil sobrevivir en ella; pero aquellos que sobrevivan llegarán a mediados de marzo sintiéndose capaces de todo.

Y esto es todo, amigos (qué frase tan original). Que ustedes lo disfruten si pueden, si les dejan, si encuentran la manera. De verdad que no se van a arrepentir.

No hay comentarios: