miércoles, 30 de enero de 2008

Mis nombres de l'Hospitalet


10 ene 2008

Ustedes (si los hubiere) me perdonarán el atrevimiento. Atrevimiento por partida doble: primero, por ponerme a valorar chavales como si supiera de qué estoy hablando, como si fuera un ojeador, un técnico, un experto en la materia en vez de un mero aficionado; y segundo, por opinar, como si les conociera de toda la vida, acerca de chicos a los que habré visto en el mejor de los casos cuatro veces y en el peor apenas un par de ellas, y todo ello sólo en el breve plazo de tres días, en las especiales circunstancias de un torneo muy concreto y en la muy pequeña pantalla de mi televisor.

Y una vez perdonado (espero), les cuento que los encontrarán divididos en tres secciones: un primer grupo, que sería mi cinco ideal del torneo; un segundo grupo de siete jugadores, que junto a los cinco anteriores completarían algo así como mi plantilla ideal; y un tercer grupo ya de menciones honoríficas, de jugadores que no me cabían en los dos grupos anteriores pero a los que, por unas u otras circunstancias, tampoco podía dejar pasar.

Sin más dilación, vamos allá:

Cinco ideal

Nikola Vukasovic (FMP Zeleznik): equilibrio en estado puro; no es explosivo, no es el típico base que te fascina con penetraciones de fantasía o pases imposibles, pero dirige a su equipo con una madurez y una sensatez impropias de sus apenas 16 años (de septiembre de 1991, de los bases más jóvenes de la competición); eficaz en todo lo que hace, tira (y tira bien) sólo cuando debe, pasa cuando tiene que hacerlo, corre o para según requiera cada situación, siempre encuentra el ritmo adecuado para cada momento del juego. Y no descuida en absoluto la defensa, más bien al contrario. Quizás el principal culpable de esa sensación de “equipo adulto” que dio el Zeleznik durante todo el torneo. Seguramente volveremos a verle el próximo año, y muy probablemente será aún mejor.

Nihad Djedovic (Barça): (y ustedes me perdonarán si no escribo bien el apellido, que yo creo que es así -con jota intercalada- aunque el Plus, supongo que con conocimiento de causa, estuvo los tres días escribiendo “Dedovic”, sin jota); este bosnio transmite la sensación, probablemente engañosa, de estar “ya hecho”, en lo técnico y en lo físico, más que cualquier otro jugador que hayamos visto en este torneo. Supongo que a ello ayuda el hecho de estar ya compitiendo habitualmente con adultos, en el Cornellá de LEB Plata. Puede jugar sin despeinarse en cualquiera de las tres posiciones exteriores (aunque básicamente es un dos, y acabará de dos), gracias a su físico completamente formado y a sus incomparables fundamentos que le permiten sacar adelante casi cualquier ocurrencia que se proponga. Ya domina el idioma, y está tan integrado en nuestra cultura que los tacos se le escapan en castellano en vez de en serbocroata (salvo que “hostiaputa” se diga igual en ambas lenguas, cosa que dudo). Será una estrella, sólo a falta de saber si lo podrá ser en el Barça o en cualquier otro lugar.

Nikola Mirotic (Real Madrid): talento en estado puro; para pivotar de espaldas al aro, para encarar la canasta de frente, para abrirse a buscarse la vida desde fuera, para jugarse el triple cuando es preciso, para incluso subir el balón si es necesario... Su estatura y su amplísima gama de movimientos le permite jugar en todas las posiciones interiores, pero su constitución física (extremadamente delgado, tremendamente desgarbado, sin muscular apenas) hace pensar que, aún fortaleciéndose, acabará jugando de tres (y condiciones sobradas tiene para ello). Otra estrella en potencia, del que (como en el caso anterior) sólo nos queda saber si las elevadas exigencias de su actual club le permitirán serlo aquí, o si al final se tendrá que ir a buscarse la vida en otra parte.

Bojan Subotic (FMP Zeleznik): mi MVP del torneo. Al contrario de los dos anteriores, este cuatro no es en absoluto espectacular, no llama la atención por su talento ni por su explosividad ni por su fantasía, en absoluto. Como bien comentaron los del Plus nunca será un jugador que los ojeadores lleven en sus agendas, nunca generará sesudos informes sobre sus posibilidades para triunfar en tal o cual liga. Y sin embargo nadie fue más imprescindible que él a lo largo de todo el torneo, y muy pocos lo serán más que él a lo largo de su carrera profesional. Completo como pocos, impecable en defensa (que se lo digan a Mirotic, que lo tuvo que sufrir en la semifinal), incomparable en el rebote, insoportablemente eficaz en ataque, intenso hasta decir basta; él se llevó la mayor ovación escuchada en el pabellón, por su inagotable despliegue durante la final, pero ya unas horas antes había dejado su sello durante la extraordinaria semifinal; y, por si le faltaba algo, suya fue también la canasta que decantó finalmente el torneo. Insisto: no será una estrella, pero no se les ocurra olvidar su nombre porque volverán a encontrárselo muchas veces en los próximos años.

Michel Diouff (Barça): el cielo (y no sólo por estatura) es el límite de este interminable senegalés de no menos interminables brazos. Cabría pensar que con ese cuerpo los tapones y los rebotes ya los lleva de suyo (que no es así, hay mucho trabajo detrás), pero su amplísima gama de movimientos en ataque (que crece cada día) nos permite imaginarlo como un potencial fuera de serie. Evidentemente aún tiene margen de mejora, pero tiene toda la pinta de que sus entrenamientos cotidianos, más sus “clases particulares” con Dueñas, le acabarán por convertir en el típico jugador por el que media NBA se pegará más pronto que tarde.

Plantilla ideal

David García (Real Madrid): (a menudo se le añade el segundo apellido, Pachá, para distinguirlo de su homónimo del Estu); tras un “cinco ideal” formado por dos serbios, un montenegrino, un bosnio y un senegalés, qué mejor que este “sexto hombre” de la tierra; para mi gusto el mejor “producto nacional” que hemos visto en el torneo (no digo con ello que sea el mejor, sino que es el que ha jugado a más alto nivel durante estos tres días); escolta de extraordinaria muñeca y no menos extraordinaria capacidad de penetración, buen manejo, mejor uno contra uno... Su futuro se me antoja difícil en su equipo por lo difícil que siempre suelen tenerlo los de la cantera (y aún más en su puesto), pero este chico se merece ya una oportunidad (o varias).

Dino Hodzic (Cibona): magnífico base, que se cayó de mi cinco ideal por una floja semifinal ante el Barça, pero que antes nos había regalado dos actuaciones extraordinarias ante Penya y Unicaja. Probablemente le penaliza (en cansancio y en faltas) la floja rotación de su equipo, que le hace permanecer en cancha mucho más tiempo del que sería recomendable. Añádase su inmensa calidad, su constante presencia, sus dotes de mando, la determinación de su juego, y concluiremos que estamos ante un tipo que dará mucho que hablar en los próximos años.

Alex Hernández (Barça): parece que todo el mundo se empeña en compararle con Navarro, desde los comentaristas del Plus (tras una entrada a canasta, Carnicero incluso le llamó “Bombita Hernández”) hasta los entrenadores rivales, como el histórico Frederic Fauthoux del Pau Orthez, que al parecer preguntó incluso si acaso no sería éste su hermano pequeño... Yo debo ser muy torpe pero no encuentro tanto parecido, la verdad, creo que éste es más director de juego, que tiene (por ahora) algo menos de tiro exterior... aunque reconozco que en algunas de esas penetraciones a canasta driblando a diestro y siniestro sí se le puede dar un aire. En cualquier caso, las comparaciones son (una vez más) odiosas. Él es Alex Hernández, simplemente, y será grande sin necesidad de tener que parecerse a nadie.

Josep Franch (Joventut): la inagotable factoría de la Penya no cesa de producir bases maravillosos uno detrás de otro. El penúltimo producto sería este chaval al que algunos ya ven como “el sucesor de Ricky Rubio”. Lo cual en mi opinión es tan erróneo como injusto, primero porque Ricky aún no necesita que le suceda nadie, segundo porque ambos son de la misma edad y tercero porque Franch es buenísimo por sí mismo, sin necesidad de compararle con nadie (sí, las odiosas comparaciones, otra vez). Ya ha hecho fugaces apariciones en el primer equipo, y estoy convencido de que no tardará en hacer muchas más. Al tiempo.

Andrija Milutinovic (Zeleznik): impresionante escolta/alero que en su primer partido (contra el débil Hospitalet) ensartó triple tras triple en una increíble racha que parecía no tener fin. Racha que no tuvo continuidad en los encuentros siguientes, en los que a cambio demostró que también sabe hacer otras muchas cosas: defender, ayudar primorosamente en el rebote, subir el balón siempre que sea necesario. Otro de esos productos del FMP que no harán historia, pero que serán imprescindibles allá donde vayan.

Dejan Musli (Zeleznik): el jugador que más esperábamos ver, y (casi) el que menos vimos. Se supone que arrastraba una lesión en un pie que le había impedido entrenar durante las últimas semanas, que le dejó sin jugar los dos primeros partidos y le hizo jugar diezmado los dos últimos. Aún así dejó gotas, detalles, retazos de su calidad en ambas zonas, pero muy lejos de su mejor forma física (su incapacidad para bajar a defender los contraataques era evidente) y aún más lejos de lo que todos esperábamos. Le meto en esta segunda categoría, más que por lo que hizo, por lo que estoy seguro que es capaz de hacer.

Papa Abdoulaye (Barça): (al que sus compañeros y técnicos llaman “Ablay”, quizá porque llamarle “Papa” podría crear una cierta confusión); cuentan que apenas lleva 11 meses jugando al baloncesto, por lo que cabría hablar de una meteórica progresión. Evidentemente aún no tiene las capacidades técnicas que ya atesora su “alma gemela” Diouff, pero sí se le ven ya maneras que otros jamás adquirirían ni en 11 meses ni en 11 años. Determinante atrás ya es, y a la velocidad que aprende (también de la mano de Dueñas) pronto lo será también adelante. Y qué decir de su intensidad, de su grado de implicación, del berrinche que se agarró tras perder la final... Vale lo dicho para Diouff: sólo el cielo es el límite.

Menciones honoríficas

Bozhidar Avramov (Pamesa): cuentan que Katsikaris ya le ha hecho debutar en el primer equipo, y basta verle unos instantes en cancha para entender por qué; madurez, velocidad, comprensión del juego, sentido común, atrevimiento en su justa medida... La joya búlgara de la cantera valenciana, a poco que le cuiden.

Nikola Rakocevic (Real Madrid): no es familia del jugador del Tau pero merecería serlo, porque comparte con él no sólo el apellido sino también una innata propensión a tirárselo todo, lo que debe y lo que no. Tiene talento y condiciones para ser buenísimo, lo será el día en que mejore su proceso de toma de decisiones.

Dani Pérez (Barça): zurdo, magnífico defensor, impecable tirador. Se le ve muy “poquita cosa” en cancha, pero quizá porque aún esté por madurar físicamente.

Fran Cárdenas (Cajasol): otro más (y no de los peores precisamente) de esta estupenda promoción de bases nacionales; pequeño, rápido, maravilloso pasador, con toda la fantasía propia de la escuela sevillana, con (parece) toda la determinación necesaria para triunfar.

Marko Gacinovic (Zeleznik): teóricamente el suplente (de lujo) de Vukasovic; en la práctica mucho más que eso. Un base completísimo, espectacular en defensa y muy bueno también en ataque.

David García (Estudiantes): (no confundir con el escolta madridista de mismo nombre y apellido; aquél es Pachá, éste es Infante); base sobrio, de modales sencillos, bueno en la anotación, magnífico en la dirección.

Sergio Llorente (Estudiantes): el contrapunto perfecto del anterior; atrevido, rapidísimo, puro desparpajo dentro y fuera de la pista (inolvidable aquella entrevista al acabar su primer partido...). El orgullo de su padre don José Luis, que por cierto (muy en su papel de presidente de la ABP) no se mordió la lengua cuando que le preguntaron qué opinaba de la presencia de tantos chavales extranjeros en nuestros equipos...

Xavi Ysarn (Joventut): si hay quien se atreve a llamar a Franch “el sucesor de Ricky”, con las mismas éste debería ser llamado “el sucesor de Franch” (y tan absurdo sería lo uno como lo otro); de momento es sólo su suplente, lo que le hace contar con muy poquitos minutos... pero en los pocos que tuvo me causó sensación. Muy menudito, pero calidad por arrobas tiene la criatura.

Sven Smajlagic (Cibona): típico tirador croata de los de toda la vida, finísimo, de perfecta ejecución.

Nacho Esteban (Real Madrid): sobrio alero, sobradísimo de clase y de muñeca.

David Jelinek (Joventut): seda pura, fundamentos espectaculares, una suspensión de ensueño; por ponerle alguna pega a este checo (que ya es poner), diría (probablemente equivocándome, al haberle visto sólo dos veces) diría que quizás le falte algo de continuidad; hay momentos en los que su presencia es abrumadora, y otros en los que (me dio la sensación de que) desaparece por completo de la cancha.

Konstantine Tomaradze (Barça): este georgiano no parecía destinado en principio a asumir protagonismo, pero dejó su sello en todas y cada una de sus apariciones en cancha. Y muy especialmente con sus extraordinarios minutos durante la final, en la que fue (junto a Dani Pérez) el verdadero protagonista de la (finalmente frustrada) remontada blaugrana. Nunca sabremos qué habría ocurrido si no le hubieran sentado a falta de cuatro minutos, supongo que por aquello de “preservar la jerarquía” de los titulares...

Jordan Bürger (Cajasol): no, no es que el inmortal nº 23 haya puesto una cadena de establecimientos de comida rápida, no; más bien se trata de un alero brasileño de extraño nombre, buena constitución física y mejor muñeca, con el que nos fuimos a encontrar cuando esperábamos a otros más renombrados como Sosa (que también tiene buena pinta) o Pérez Zapata. Como bien dijo Rodríguez recuerda mucho a otro brasileño que también anduvo por Sevilla hace ya unos cuantos años, Anderson Schutte.

Dmitri Kryukov (Joventut): metidos en el juego de buscar sucesores, a éste podríamos llamarle “el sucesor de Flis” (ya puestos...). Pero tampoco tiene demasiado que ver con su tocayo y paisano. Éste que ahora nos ocupa juega más exterior, es un magnífico reboteador y tiene muy buena mano, de la que (me dio la impresión) abusa bastante.

Augusto Lima (Unicaja): el que mejor recuerdo nos deja del pálido Unicaja de este Torneo. Ala-pívot brasileño intensísimo, de buena mano y magnífica actitud (y aptitud) para el rebote, el ofensivo especialmente.

Toni Jaume Vicens (Estudiantes): si hablábamos de una magnífica promoción de bases, no cabe decir lo mismo en la de pívots, que ahí la cosecha de productos locales se nos queda más bien escasa. Pero sí merece la pena destacar a este mallorquín (del que ya nos hablara De la Cruz hace algunos meses), escaso de centímetros pero buenísimo tanto jugando de cara como de espaldas y muy intenso en el rebote; no será fácil que Diouff y Abdoulaye le olviden tras el partidazo que se marcó contra el Barça.

Endika Bahillo (Real Madrid): liviano y más bien escaso de centímetros (por ahora) para jugar ahí dentro; pero me pareció que apunta muy buenas maneras en la pintura.

Marcos Molina (Pamesa): en el primer partido del torneo causó sensación este ala-pívot, muy poderoso en la zona y con buena mano desde fuera; lástima que en el segundo (apenas unas horas después) las faltas ya no le permitieran brillar. Sus escasos 202 centímetros le auguran un futuro difícil salvo que se reconvierta a la posición de 3, y su fornida constitución física no hará nada fácil dicha reconversión.

Gerbert Martí (Joventut): pívot al que no pude ver tanto como habría deseado (esas faltas en el segundo partido), pero que en lo poco que le vi me dio muy buena impresión, me pareció que va muy bien provisto de fundamentos.

Miguel Lorenzo (Unicaja): más alto y desarrollado que los anteriores, buenísima planta y muchas expectativas, quizá demasiadas porque en un principio nos dejó un poco fríos. En su segundo partido, contra la Penya, ya sí que nos mostró (aún sin excesos) detalles muy interesantes.

Dragan Sekelja (Cibona): como definió perfectamente Antonio Rodríguez, sería del club “cariño, he agrandado al niño”; dos metros y unos cuantos centímetros, pero de un cuerpo redondeadito, sin formar, sin definir muscularmente todavía (y su cara de crío, ya no digamos). Tiene talla y parece apuntar también calidad y actitud; lo demás llegará con el tiempo.

Leon Radosevic (Cibona): el caso exactamente contrario al anterior; pívot ya físicamente formado, serio, sobrio, sólido... y que se habrá llevado un pésimo recuerdo de este torneo, tras su (aparente) esguince de tobillo durante la semifinal.

Tomislav Zubzic (Cibona): magníficas condiciones físicas y aún mejores condiciones técnicas, pero con una terrible propensión a cargarse de faltas y otra aún más terrible a ponerse de los nervios. Cuando madure (en el supuesto de que algún día lo haga) será un ala pívot muy a tener en cuenta.


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