miércoles, 30 de enero de 2008

Vuelta al college 2007-2008 (I)

5 nov 2007

Llega, un año más, nuestra cita con la competición baloncestera más colorista, intensa, emotiva y (por estos pagos) desconocida del planeta. Llega la NCAA.

Claro, alguien dirá, ¿pero de qué va este tío, en plena ACB, recién comenzada la Euroliga, empezando la NBA y él va y nos habla de NCAA? Pues sí, ya ve, que ya sabe usted que al fin y al cabo todos tenemos nuestras rarezas (sí, usted también, no me lo niegue, la prueba es que está aquí leyéndome, cuando podría/debería estar haciendo/leyendo cualquier otra cosa). ACB, Euroliga y NBA me privan (cualquier baloncesto lo hace) y como tal seguirán despertando mis pasiones y provocando mis comentarios en este mismo lugar. Pero la NCAA es... otra cosa.

La NCAA es mi perdición y lo seguirá siendo por mucho que me hablen de escasez de talento, de falta de compromiso, de cómo los realmente buenos sólo están un año (y porque les obligan) antes de huir raudos en pos de los dólares del baloncesto profesional. Y aún más lo seguirá siendo aún a pesar de que aquí lo veamos en régimen de semiclandestinidad, en el mejor de los casos dejándonos nuestras pestañas pegadas a la pantalla del ordenador durante toda la temporada regular. Es lo que tienen los vicios, cada uno tiene los suyos, qué le vamos a hacer.

Antes de empezar con la retahíla de universidades, una última aclaración: esto no es un ranking al uso, las universidades no van numeradas del 1 al X. Y no lo es porque tampoco yo me siendo legitimado para hacerlo, reconozco mis limitaciones, mis conocimientos no dan para tanto. Si usted es de los que prefieren ver las universidades numeradas por orden de favoritismo no se preocupe, no tiene más que pedírmelo y yo le facilitaré unas cuantas direcciones en las que podrá darse cómodamente ese gusto (y sin coste adicional, no crea). Pero yo prefiero no rankear (terrible verbo), me parecería un atrevimiento. Así que en su lugar le ofrezco una relación in alphabetical order (y en dos raciones sucesivas, para hacerlo más digerible), no necesariamente (o no sólo) de las mejores universidades del año sino también de todas aquellas que, por cualquier motivo, nos reclaman siquiera unos segundos de atención.

Finalizada (por fin) la introducción, vamos allá:

Arizona: El año empieza raro en Tucson. El técnico de los Wildcats, el eterno Lute Olson, ha pedido (y le ha sido concedido) tomarse un periodo de ausencia, de duración indefinida, debido a "razones personales no especificadas". Olson tiene ya 73 años y eso ha hecho dispararse toda clase de rumores en torno a su salud, inmediatamente desmentidos por el propio interesado: no está enfermo, sólo son asuntos personales que tiene que atender. Mientras los atiende el equipo quedará en manos del experimentado Kevin O'Neill, que tampoco tendrá mal equipo después de todo: se han ido Radenovic, Shakur y Marcus Williams, pero allí siguen McClellan y el espectacular pelirrojo Budinger. Y cómo no, también llegan refuerzos a Tucson, particularmente una joya llamada Jerryd Bayless. No, no les ponga en su lista de favoritos, pero tampoco cometa el error de descartarlos.

Arkansas: Protagonistas de un espectacular freno y marcha atrás este pasado verano (hubo otro aún más espectacular, pero ése lo contaremos allá por la letra F). Dana Altman, técnico que durante estos últimos años ha realizado un estupendo trabajo en la pequeña universidad de Creighton, se encontró de repente ante la oportunidad de su vida, la de reflotar el inmenso pasado de todo un grande últimamente venido a menos como Arkansas. Y dijo que sí, claro. Y aceptó, y se presentó, y hasta se supone que firmó... y luego se lo pensó. Pensó que iba a cambiar tranquilidad por ansiedad, felicidad por presión, y decidió (un poco tarde, ciertamente) que a ese precio la aventura ya no le merecía la pena, que se volvía a su Omaha, Nebraska, a su Creighton de toda la vida. Así que los Razorbacks de nuevo se pusieron a buscar para acabar decantándose por John Pelphrey, otro técnico procedente de una muy pequeña universidad (South Alabama, concretamente) que, éste sí, aceptó el marrón. Marrón que se verá suavizado por la presencia en su plantilla de una auténtica joya, un base llamado Patrick Beverley a quien recordarán con sumo placer todos aquellos que allá por el mes de julio se dieran el gusto de ver la final del Mundial Sub19 de Novi Sad.

Butler: Tal vez a usted en principio no le diga nada el nombre de esta modesta universidad de la Horizon League. Pero si es así, por favor, haga memoria. Retrotráigase al pasado mes de marzo, al anterior torneo final. Quizás ya recuerde a estos humildes Bulldogs dando guerra, llegando a semifinales regionales, a punto de dar la campanada ante la mismísima Florida, nada menos, y todo ello de la mano de su atosigante defensa y de dos jugadores exteriores de postín, Mike Green y (sobre todo) A.J. Graves... que este año vuelven a la carga, como vuelven la gran mayoría de jugadores de aquel equipo. Lo que no es garantía de éxito, pero sí de la tremenda incomodidad que padecerán todos aquellos que se les enfrenten.

Duke: Duke siempre es Duke. Infame obviedad, ciertamente, cuyo único significado es que, aunque ahora no estén en sus mejores años ni presenten tan rimbombantes reclutamientos, siempre hay que contar con los Blue Devils. Siempre hay que contar con la mano maestra del eterno enterrador, digo entrenador, Mike Krzdzrkzyzewski (quizás me sobre alguna consonante), siempre hay que contar con una plantilla no exagerada como en otras ocasiones pero sí buena, con Greg Paulus y DeMarcus Nelson a la cabeza. Y sí, se habrá ido (incomprensiblemente) Josh McRoberts pero a cambio llega un (presunto) fenómeno llamado Kyle Singler. Vale, no viven sus mejores tiempos (véase su prematura eliminación del pasado año) pero siguen siendo Duke, así que seguirán dando guerra.

Florida: El freno y marcha atrás de Dana Altman no fue nada al lado del de Billy Donovan. La mano maestra de los bicampeones Gators tuvo ofertas de todos los colores y tamaños, alguna tan tentadora y tan mareante como la de los mismísimos Wildcats de Kentucky. Y pareció que las rechazaría todas... hasta que se presentó la NBA, hasta que los Magic de Orlando llamaron a su puerta y ya no pudo resistirse. Presentación por todo lo alto, folletos con su efigie, carteles por las calles, aficionados que al reclamo de su nombre acuden en masa a comprar su abono... Pues no, que miren ustedes, que me van a perdonar pero es que me lo he pensado mejor y me vuelvo a mi Gainesville, a mis Gators de toda la vida, que cómo voy a hacerle yo una faena así a esta buenas gentes que tanto me quieren y a las que tanto debo... Y los Magic que alucinaron en colores, pero pasado el primer estupor (que digo yo que tampoco sería tanto, que desde lo de Fran Vázquez ya deberían estar acostumbrados a este tipo de cosas) se fueron finalmente a por Stan Van Gundy, que tampoco está tan mal. Mientras tanto Donovan tendrá un bonito reto ante sí, el de volver a hacer competitiva a una Universidad de Florida en la que ya no queda nadie de su gloriosa generación pasada. No dudamos que lo logrará... en unos pocos años. En éste se tendrá que conformar con poner un equipo mínimamente digno sobre la cancha.

Georgetown: No por tantas veces repetido será menos cierto: de haber vuelto Jeff Green, los Hoyas serían los candidatos número uno a alzarse con el título el próximo mes de abril. Pero Green se fue al draft, lo eligió Boston (como no podía ser de otra manera, dado su apellido), le mandó a Seattle... En resumidas cuentas: Green ya es historia, así que el presente se llama, más que nunca, Roy Hibbert, para mi (discutible) gusto el mejor pívot de todo el baloncesto universitario. Que no volverá solo, porque allí seguirán (entre otros) Wallace y Summers para echarle una mano desde el perímetro. Añádase que además cuentan con dos suplentes (eso el año pasado, éste deberían ya aspirar a la titularidad) de lujo, a saber, Vernon Macklin (estrella escolar venida a menos) y Pat Ewing Jr. (al que tantas odiosas comparaciones no benefician en absoluto). Y refiérase asimismo que son de los que mejor han reclutado, que nos cuentan que sus freshmen Freeman y Wright son de lo mejorcito del país. En suma, que John Thompson III cuenta otra vez con todo un pedazo de equipo. Sí, con Green habrían sido candidatos a todo, pero sin él son candidatos a mucho. Ya veremos si no repiten final four.

Gonzaga: Ya quedan muy lejanos aquellos tiempos en los que la pequeña universidad de Spokane, Washington jamás entraba en los pronósticos, ya casi nos hemos acostumbrado a encontrarles año tras año en todo ranking que se precie. Una vez más el equipo entrenado por Mark Few (técnico modesto hasta en su apellido, pero que algún día habrá de merecer un mayor reconocimiento) nos presenta su formación sólida y cohesionada, y con algunos mimbres muy dignos de mención: el que más, Josh Heytvelt, un 6’10” que alguna vez se nos perdió para la causa, pero que si se centra por fin en lo suyo sembrará el pánico. Y a su lado también continúan los interesantísimos Matt Bouldin y Jeremy Pargo (sí, el hermano de Jannero). La lástima es que se les ha ido el magnífico base (siempre hay un magnífico base en Gonzaga) Derek Raivio, así que lo de la dirección esta vez no está demasiado claro, tal vez le toque al propio Pargo dicha labor. Dará igual: a primeros de marzo ganarán un año más su conferencia, a mediados/finales estarán ahí, en medio del cuadro, dando guerra para lo que sea menester.

Kansas: Pese a los más agoreros presagios, tan solo Julian Wright escapó esta primavera del campus de Lawrence. Es decir que mantienen su plantillón casi intacto, que allí siguen Brandon Rush, Mario Chalmers, Darrell Arthur, Sherron Collins, Russell Robinson, Sasha Kaun... Todo lo cual debería ser una magnífica noticia, sin duda lo es, y sin embargo andan un tanto escamados por aquellos pagos tras unos cuantos años en los que los resultados siempre han ido muy por debajo de las expectativas. Dicen los enterados que a Bill Self se le está acabando el crédito, que otra caída antes de tiempo provocaría la adopción de medidas drásticas (o sea, su cese). Por plantilla, los Jayhawks deberían tener sin ninguna duda su plaza reservada en la Final Four; pero su trayectoria reciente (especialmente su sonora caída ante UCLA en la pasada Final Regional) no invita precisamente al optimismo. Veremos.

Kansas State: La otra universidad del estado de Kansas no lo tendría fácil en condiciones normales para ser incluida en esta relación, pero es que este año viene acompañada de una curiosa historia, la protagonizada por uno de los más reputados freshmen que llegan este año a la liga, nada menos que Michael Beasley (al que quizá también recuerden de aquella selección USA sub19): resulta que el chaval eligió esta pequeña universidad, en vez de otras con más tronío, por la única razón de que allí estaba el histriónico Bob Huggins, técnico que a mí no me gusta un pelo pero que goza de gran predicamento por (al parecer) preparar muy bien a sus jugadores para su posterior futuro profesional. Nada de particular tendría esta historia si no fuera por el pequeño detalle de que Bob Huggins ya no está allí, dado que aceptó la oferta de la más afamada West Virginia para sustituir allí a John Beilein, el cual a su vez será el nuevo técnico de los (hundidos) Wolverines de Michigan en sustitución de Tommy Amaker, el cual a su vez cae hasta Harvard, nada menos... (sí, me he ido por las ramas). Pero no se me preocupe usted ni me sienta especial piedad por Beasley, que algo disgustado sí estará pero se le habrá pasado en apenas seis meses, justo los que le faltan para apuntarse al draft.

Kentucky: Se acabó la era Tubby Smith, una era que viajó del todo a la nada en apenas diez años, los que van del título de 1998 al vértigo de estos últimos tiempos. A don Tubby se le acabó el crédito en Kentucky y a partir de ahora se dedicará a intentar reflotar la muy venida a menos Universidad de Minnesota, allá ellos. En su lugar los Wildcats, tras no conseguir a Donovan, se fueron de cabeza a por Billy Gillespie, el crack que estos últimos años ha conseguido convertir casi en una potencia a la otrora modesta Texas A&M (donde, dicho sea de paso, deja todavía un buen equipo que será heredado por otro buen técnico, Mark Turgeon, exitoso ex de Wichita State). Gillespie es todo un pedazo de entrenador al que en Lexington le espera un duro trabajo por delante: para empezar se encontrará una plantilla con algún veterano más que decente como Crawford, Ramel Bradley o Meeks; con algún freshman más que prometedor como Legion (no es que sean muchos ni es que sea novio de la muerte, es que se apellida así); y con alguna ausencia más que injustificada como Randolph Morris (que de un día para otro pasó de los Wildcats a los Knicks, en uno de los fichajes más rocambolescos de los últimos tiempos). Una plantilla socorrida tal vez para tener un buen año, pero insuficiente para tener un gran año. Démosle tiempo.

(continuará...)

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