jueves, 21 de agosto de 2008

enigmas olímpicos

(… o dicho de otro modo: todo lo que usted siempre quiso saber sobre estos Juegos, pero jamás se atrevió a preguntar):

¿De dónde se sacaron la bola? Es decir, aquella esfera inmensa que emergió del suelo durante la ceremonia inaugural, a modo de gigantesco globo terráqueo, con multitud de personas circunvalándola para simbolizar no sé qué… ¿de dónde salió? ¿Dónde la tenían guardada, dónde ocultaban el resto de cosas enormes que emergieron del centro de la tierra aquella noche? ¿Existirá una base sólida bajo el (presunto) césped del Nido, o estará todo hueco? ¿Habrán de tener cuidado los lanzadores de jabalina de no pinchar muy fuerte, no se les vaya a colar para abajo?

¿Alguien vio bajar a Li Ning tras encender la antorcha? ¿Se chamuscaría el pobre hombre con la llama aquella? ¿O le habrán dejado allí arriba mientras duren los Juegos, para que se encargue él de apagarla el domingo 24?

¿Acaso sabía usted antes de estos Juegos que la esgrima es el único deporte de origen español? Es más, ¿acaso sabía usted antes de estos Juegos algo acerca de la esgrima, por poco que fuera? Es más, ¿acaso sabía usted antes de estos Juegos que en nuestro país existiera la esgrima, que existieran esgrimistas incluso?

Ay no, perdón, esgrimistas no, que resulta que a los de esgrima se les llama tiradores. Pues vale, pero entonces ¿cómo llamamos a los del tiro al plato (por ejemplo)?

¿Y en qué momento los levantadores de peso dejaron de serlo para convertirse en halteras?

Y en aras de los principios de igualdad de género actualmente imperantes, ¿no debería llamarse halteras únicamente a las practicantes de este noble deporte? ¿No deberían los levantadores ser llamados halteros?

¿En qué momento los ucranianos se convirtieron en ucranios?

¿Y los de Estonia qué son, estonios o estones (mira, como los Rollings)?

“¿Éstos no tienen que ducharse antes de bañarse?” (ésta es de mi hijo, con cara de profunda sorpresa mientras presenciaba las pruebas de natación)

¿Veinticinco récords del mundo en nueve días? ¿Qué clase de agua utilizan en las piscinas chinas? ¿Será acaso agua ligera (Fontvella)?

¿Cómo se lo monta Phelps para ganar incluso aquellas pruebas que aparentemente no gana?

¿Cómo logran no ahogarse las nadadoras de sincronizada? ¿Y cómo logran seguir la música bajo el agua? (Sí, ya sé que son preguntas estúpidas, pero es que por más que lo pienso no deja de parecerme prodigioso)

¿Qué es el Madison? Si hace unos cuantos días usted hubiese salido a la calle a hacer esta pregunta, 99 de cada cien entrevistados le habrían contestado que no tenían ni la menor idea, y el otro (el listo) habría dicho “sí, hombre, la cancha ésa de Nueva York, donde juegan los Knicks…”. Pero hoy, orgullosos como estamos de la plata de Llaneras y Tauler en la prueba Americana de ciclismo en pista, claro está que ya todos sabemos perfectamente qué es el Madison, en qué consiste, cómo se disputa, cómo se puntúa, cómo se gana… ¿Verdad que sí?

¿Por qué algunas voces insinúan (pero no dicen) que en nuestra selección de baloncesto no es oro todo lo que reluce, que hay mar de fondo, que están pasando cosas, que cuando acaben los Juegos será el momento de comentar largo y tendido todo lo sucedido en la Villa Olímpica? ¿Acaso no fue todo tan idílico en 2006? ¿Acaso es todo tan problemático en 2008? ¿Por qué, si realmente pasa algo, no lo cuentan? Y si no pasa, ¿por qué no se callan? ¿O será más bien que hay algunos empeñados en ver fantasmas aunque no sepan dónde?

¿Por qué Pau (según cuenta Gigantes, y copio textualmente), ante China, si Pepiño Casal no le atrapa, enfilaba hacia los vestuarios sin acudir al ritual del centro de pista al término de los partidos?

¿Qué hace Nowitzki pensándose la retirada de su selección, precisamente ahora que les ha llegado Kaman? ¿Para esto me he nacionalizado yo, para esto he estado yo escarbando en mi árbol genealógico? (pensará el de los Clippers)

¿Qué hace Nowitzki pensándose la retirada de su selección en vez de emplear todas sus fuerzas en exigir a la FIBA que amplíe el (presunto) cupo de nacionalizados, que con uno por equipo se les queda muy corto, que así no van a ninguna parte?

¿A qué espera su Federación para contactar con Carlos Boozer (nacido casualmente en Alemania), o con Drew Gooden (de madre finlandesa, que alemana no es pero casi como si lo fuera), o con Kirk Hinrich (con ese apellido, algo de alemán tendrá), o con Walter Herrmann (y éste ya no digamos), o con Óscar Schmidt (otro que tal, y que a sus años aún lo haría mejor que Greene o Garrett, y que hasta se cascaría unos cuantos triples cada noche), o con Steve Nash (amigo íntimo de Dirk, y que además es canadiense, nació en Sudáfrica, se crió en Inglaterra y trabaja en Estados Unidos por lo que puede afirmarse con absoluta propiedad que es ciudadano del mundo, así que por qué no va a ser alemán también), o con…?

¿Acaso lo soñé, o acaso fue verdad que durante una retransmisión me pareció escuchar a Romay contando que se había encontrado con Óscar Schmidt, que habían estado hablando y que éste le había pedido que le mandara por Internet toda clase de vídeos de Chiquito de la Calzada, de quien se declaraba fan incondicional? Y es que a poco que te descuides se te rompen los mitos en pedazos… (Supongo que la estancia de Óscar en Valladolid debió coincidir en el tiempo con la eclosión mediática de dicho personaje, si bien lo digo más que nada por buscarle una explicación al fenómeno)

¿Por qué los árbitros de baloncesto pitan indistintamente partidos del torneo masculino y del femenino, y en cambio las árbitras sólo pitan partidos del torneo femenino? ¿No estamos ante un flagrante caso de discriminación por razón de sexo? ¿O será simplemente que la FIBA no se fía de ellas? Y en ese supuesto, ¿por qué las lleva? Y (siguiendo con el supuesto) si es así, si no se fía ¿entonces el hecho de que piten sólo partidos del torneo femenino significará acaso que la FIBA considera éste de menor importancia que el masculino? Y si así fuera ¿no estaría incurriendo entonces en otro flagrante caso de discriminación?

¿Por qué en baloncesto jamás se saben con antelación los horarios de cuartos de final? En una gran competición de fútbol (por ejemplo) siempre sabes de antemano que si quedas primero de grupo te tocará tal día a tal hora, y que si quedas segundo te tocará este otro día a esta otra hora... ¿Por qué en baloncesto no? (Es decir, ya sé por qué no: porque manda la pasta, mandan las televisiones que imponen sus horarios, la de USA en primer lugar, la del anfitrión tal vez en segundo lugar... Pero cuanto más conozco el porqué, aún más me sigo preguntando por qué...)

¿Qué clase de premonición tuvieron los padres del base angoleño (y futuro fuenlabreño, al parecer) Olimpio Cipriano para ponerle precisamente ese nombre y no otro? ¿Tanta premonición no acabaría por ser gafe, dado que apenas se ha estrenado en estos Juegos? ¿Acaso intentaban compensar con ese nombre su apellido, que en Angola será neutro pero aquí suena como a viejo cuplé (o lo que fuera aquello) de una tal Olga Ramos, que cantaba cosas como ay Cipriano, Cipriano, Cipriano, no bajes más la mano, no seas exagerao, si no bailas con más comedimiento, al primer movimiento te la has cargao... (o algo así)?

¿Para qué hacemos estadios de nueve calles si luego sólo utilizamos ocho? ¿Para qué sirve entonces la calle 9, sólo para poder dejar de utilizar la calle 1?

¿Por qué se toca la campana para indicar la última vuelta en las carreras de 800 metros, que tan sólo tienen dos vueltas? Vale, sí, en los 10.000 puede haber atletas que no sepan cuántas vueltas quedan, pero, ¿en los 800? ¿Acaso puede haber alguien que tras dar una sola vuelta se crea que ya ha acabado? ¿Acaso puede haber alguien que tras dar sólo una vuelta crea que aún le quedan unas cuantas más? ¿Acaso puede haber alguien que no recuerde qué prueba está corriendo?

¿Por qué en todas las competiciones de atletismo, cada vez que suena la campana para indicar la última vuelta, el realizador siempre nos muestra un primer plano de la campana? ¿Acaso para que comprobemos que se trata de un tilín tilín tolón tolón cien por cien natural, sin edulcorantes artificiales, sin artilugios tecnológicos de ninguna clase? ¿Acaso es más importante ver meneándose un badajo (con perdón) que ver los movimientos que se producen en carrera a tan sólo 400 metros de la llegada?

¿Es de verdad Usain Bolt? ¿Existe realmente o es un dibujo animado? ¿O se tratará acaso de un ente virtual, una creación de laboratorio, un personaje de videojuego?

¿Por qué, una vez tras otra, un año tras otro, competición internacional tras competición internacional, me veo en la tesitura de tener que explicar a todos los que me rodean quién es Marta Domínguez? ¿Por qué (fuera de círculos reducidos, es decir, fuera de aquellos a los que nos gusta esto) no la conoce ni dios? ¿Por qué seres humanos teóricamente aficionados al deporte (si bien básicamente aficionados al fútbol), que recuerdan perfectamente a Cacho, que recuerdan incluso a González y Abascal, que hasta conocen a Reyes Estévez (a Casado y a Higuero ya no, claro) y que hasta les suena Paquillo Fernández, te ponen una incomparable cara de estupor cuando les dices “sí, hombre, no te acuerdas, Marta Domínguez, la de la cinta rosa”? ¿Cómo es posible que la mejor atleta española de todos los tiempos, repleta de medallas y gestas en Europeos y Mundiales, persona carismática y telegénica a la par, sea sin embargo una perfecta desconocida (fuera de círculos reducidos, repito) en su propio país?

¿Por qué Marta Domínguez se nos pasó a los obstáculos si éstos, como su propio nombre indica, tan sólo sirven para obstaculizar?

Y por cierto: ¿qué fue de su cinta rosa? ¿Acaso pudo volver luego a recogerla, aún tambaleante y medio grogui como iba? ¿O acaso se quedó allí perdida para siempre bajo el obstáculo, a riesgo de que se la pisara cualquiera o aún peor, de que algún chino, con la mejor voluntad (los voluntarios es lo que tienen), la recogiera y la arrojara a la basura cual si de un desperdicio se tratara?

Si a una amazona danesa (un suponer) se le lesiona el caballo en mitad de la prueba de doma (por ejemplo), ¿puede ir a donde esté la amazona croata (otro suponer), supuestamente ya eliminada, y pedirle que le deje el suyo, que luego se lo devuelve? ¿y hasta podría incluso, ya puestos, proclamarse campeona olímpica con tan hermoso alazán, aún siendo éste extranjero y además prestado?

¿Por qué se quejaron Martínez y Fernández si saben perfectamente que Croacia aspira a ser miembro de pleno derecho de la Unión Europea, por lo que el préstamo de su barco fue simplemente un gesto de amistad para con sus hermanos daneses?

¿Por qué se quejaron Martínez y Fernández si saben perfectamente que llamándose así nadie jamás les hará el menor caso?

¿Por qué nos indignamos todos con lo de Martínez y Fernández si hasta hace unos días ni siquiera sabíamos que en vela existiera una clase 49er (léase forináiner), si lo de 49er tan sólo nos sonaba a equipo de fútbol americano de San Francisco (y eso en el mejor de los casos)?

¿Impugnará la Federación Española de Atletismo el oro e incluso el récord de Isinbayeva, tras descubrir que ésta al parecer se ayudó con un palo?

¿Por qué quedó cuarto el triatleta Javier Gómez Noya (vale, sí, háganme la rima) pudiendo quedar (por ejemplo) décimo, posición que le habría generado mucho menos sufrimiento?

¿Por qué quedó cuarto el triatleta Javier Gómez Noya (más rima) si los medios de comunicación nos habían dicho hasta la saciedad que sería oro seguro, con total y absoluta certeza? ¿Cómo se puede consentir tamaña indisciplina? ¿O es que acaso su estado físico va a resultar ahora más importante que lo que digan y piensen los medios? ¿O es que acaso va a resultar ahora que sus rivales también nadan, pedalean e incluso corren? ¿Y con qué derecho?

¿De qué nos sirvieron tantos años de Samaranch como Presidente del COI si ni siquiera fue capaz de conseguir que el naipe fuera deporte olímpico? Imaginemos: el mus, el tute, la brisca, el julepe, la pocha, el chinchón, el cinquillo, las sieteymedia, tantos otros... Partiríamos como favoritos al oro en todas las categorías (excepto tal vez en póker, de favoritismo claramente norteamericano si bien nosotros aún seríamos serios candidatos a la plata), nuestras posibilidades se dispararían, nuestra posición en el medallero subiría como la espuma...

Si una chica está sola en una playa porque empezó una conga y nadie le siguió (o porque contó un chiste y nadie se rió), ¿de qué le sirve que se le aparezcan dos o tres maromos que llevan la cara de Iván Campo tatuada sobre su pecho (o que van peinados a lo Colón, que para el caso viene a ser lo mismo)? ¿A qué clase de ser humano puede servirle de consuelo tamaña gilipollez?

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